La enseñanza de la matemática constituye uno de los grandes problemas en nuestras escuelas, continua fundamentado en métodos memorísticos, favoreciendo un aprendizaje mecánico, de carácter externo.
Debemos cambiar a prácticas educativas en las que las experiencias estimulen un aprendizaje significativo considerando conocimientos previos, la comprensión a través del establecimiento de relaciones en la construcción activa del conocimiento, en las que predominen la resolución de problemas y el procesamiento de la información.
Las decisiones en Educación Inicial de qué enseñar y como hacerlo con respecto a los contenidos matemáticos solo es posible si conocemos como ocurre el desarrollo psicológico de niños y niñas, así de cómo aprenden matemática.
Si no prestamos atención adecuada a la forma de pensar y aprender de los niños y niñas, corremos el riesgo de hacer que la enseñanza inicial de las matemáticas sea excesivamente difícil y desalentadora para ellos (Braunerd, 1973 citado por Baroody). Cuando la matemática escolar se enseña sin que se tomen en cuenta los factores cognoscitivos, muchos niños y niñas la aprenden y la usan de manera mecánica, sin pensar, y algunos llegan a desarrollar dificultades de aprendizaje y hasta rechazo.
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